
Pero yo creo que la autora ha querido hablar de varias cosas a la vez, que en principio son muy distintas, y ha liado un poco la historia porque no profundiza en los temas que podrían dar juego y haber hecho la historia más amena y fácil de leer.
Básicamente la novela nos habla de un profesor mejicano que después de estudiar unos años fuera de su país en el tema de métodos de enseñanza que innovan dentro del campo de la educación, regresa a México y busca trabajo como profesor, consiguiendo trabajo como profesor suplente en un colegio de enseñanza tradicional, y al mismo tiempo por las tardes da clases particulares a niños con problemas de dispersión, inquietos, lo que daríamos en llamar hiperactivos. Y estas clases son las que verdaderamente a él le gustan, ya que aplica los métodos que aprendió en sus estudios fuera de su país. Métodos que son muy útiles para lograr que este tipo de niños aprendan a la vez que disfrutan. Utiliza ejercicios motores, el arte como aprendizaje y expresión, y sobre todo practicar el arte de escuchar y dialogar entre padres e hijos. Con este método que implica a los padres de los niños que asisten a sus clases, se consigue que los niños mejoren sus problemas de comunicación con sus padres y de aprendizaje en el colegio. Y lo que es muy importante, la mayoría de los niños medicados por sus neurólogos por su trastorno de atención, disminuyen las dosis de la medicación poco a poco.
Así que viendo que su método funciona, nuestro protagonista se plantea junto a los padres de sus alumnos, abrir un colegio que siga ese método, y ahí es donde empiezan los problemas. Las autoridades les ponen mil y una trabas, negándoles o retrasándoles los permisos para abrir un centro de esas características. Al final lo conseguirán pero después de seis meses pese al éxito de su método, les obligarán a cerrarlo.
Y aquí empezará una pesadilla para nuestro protagonista, al que empiezan a vigilar, a seguir, a hacerle escuchas telefónicas y no solo a él sino a su familia también, su mujer y sus dos hijos sufren también ese acoso que el profesor achaca a que el Estado quiere que la sociedad permanezca dormida y no se abra a nuevas enseñanzas y pensamientos liberadores. Aparece aquí el tema del consumismo actual, mientras compramos, vemos la tele, usamos los gadgets electrónicos, etc… no pensamos, y una sociedad que no piensa es manipulable. Y por otro lado si estos niños que necesitan medicación dejan de necesitarlas con métodos alternativos de aprendizaje, las farmacéuticas pierden dinero. Todo esto es lo que piensa nuestro protagonista. Algo que a gran escala es cierto, por otra parte. Pero lo que cuesta un poco creer en la historia es que se monte como un operativo de seguimiento y acoso hasta la extenuación en torno a nuestro profesor, un solo hombre que abrió un colegio para un número reducido de niños y termina teniendo que mudarse de la ciudad al campo con su familia, perdiendo su salud física y psicólogica hasta que conoce a un maestro en meditación que prácticamente le salvará la vida, después de varios años de sufrir esa persecución por quienes no quieren que el pueblo se libere y vea la luz. Una historia que como he dicho antes parte de ideas interesantes, y que nos hacen reflexionar pero que creo que la autora no las ha sabido explotar de forma correcta, Mezclándolas de una manera que a veces la historia se hace surrealista,y otras demasiado densa, con el tema de la meditación, por ejemplo. En cualquier caso ha sido interesante leerla y además es corta. A quién le haya picado la curiosidad ya sabe…
Hola
ResponderEliminarGracias por la reseña, tiene buena pinta
Un beso
Gracias por tu comentario, la verdad es que es un libro original.
EliminarSaludos